Argentina la quería más y Argentina la tuvo. La marea de aficionados que tiñó de albiceleste Wembley se fue contenta con su selección, campeona de la nueva 'Finalissima', gracias a unos minutos mágicos de Lautaro Martínez, coronados con un gol y una asistencia ante una Italia entristecida (0-3).
Los de Lionel Scaloni se merecieron el título y una goleada mayor ante una Italia aún deprimida por la no clasificación para el Mundial. La ocasión para resarcirse, para espantar la vergüenza de faltar a otra Copa del Mundo, fue desperdiciada por el equipo de Roberto Mancini, que nunca se tomó como serio el compromiso en Wembley.
VER TAMBIÉN: Lia Thomas: 'Las mujeres trans no somos una amenaza para el deporte femenino'
Mucha más concentrada estuvo la Argentina, que se comprometió para demostrar que puede ganar y competir contra los equipos europeos. Lo pasó por encima, de hecho. Le robó la posesión y le cosió a ocasiones, sobre todo en la segunda mitad, cuando los huecos despertaron la creatividad de Leo Messi, el gran protegido de la hinchada albiceleste.
Ovacionado cada vez que tocaba el balón y agradecido con su público, al que se acercó a saludar en al previa del partido, de la cabeza de Messi salió el primer tanto. El genio rosarino, de espaldas a portería en la frontal, se giró en una baldosa, dejando atrás a Di Lorenzo, se metió en el área y habilitó sin portero a Lautaro.
Él solo deshilachó el encuentro, Lautaro dio la puntada. Esta vez el del Inter de Milán se vistió de periscopio, le puso una pelota filtrada a Di María cuando el árbitro ya oteaba el descanso. Entre los dos centrales pasó la pelota y por encima de Donnaruma la picó Di María, que sigue sin equipo, pero al que no faltarán novias este verano.
VER TAMBIÉN: Panamá jugará el domingo un amistoso frente a Canadá
El ex del PSG buscó el doblete y lo rozó con dos intentos desactivados por su ya excompañero. Donnaruma, coronado campeón de Europa en este campo, fue el que evitó una humillación italiana. Paró todo lo que pudo parar a Messi y a Di María y sus guantes mantuvieron a Italia no en el partido, sí en la competición. El 0-2 les había alejado de un título hecho para la albiceleste, por el homenaje a Diego Armando Maradona previo al partido y por las ganas que le echó la hinchada para desplazarse en masa hasta Wembley.
Goleada
Para coronar la derrota azurra apareció Paulo Dybala, desplazado a la suplencia por Gio Lo Celso, y que jugó el tiempo de descuento para aprovechar un rebote de Messi en la frontal y acomodarla junto al palo.
Argentina lo quiso más y Argentina lo tuvo. Conquistó la 'Finalissima' y rememoró su última aventura en la Artemio Franchi, la prehistoria de este torneo que vio campeonar a Maradona en 1993 en Mar de Plata.